Página:Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare - Tomo I (1897).pdf/131

Esta página no ha sido corregida
CXXV
Estudio preliminar

arrancadss hábil ó inhábilmente al espeetador; ya por medio de letreros, ya de simbolos convenidos, ya de telones detestables en la aldea y en los teatros caseros, ya por medio de esas magnificas decoraciones, á cuya formación concurren en las grandes capitales la perspectiva, la arquitectura, la indumentaria de los pasados siglos, la maquinaria más ingeniosa, y las portentosas transformaciones del calor, primero en movimiento y luógo en clectricidad.

El público es muy complacionte; y, asl como entrega su dinero por la entrada, olorga también cuanto se le pido con maña y sagacidad, para que, una vez oblenida la concésión, se le haga reir con lo ridículo, ó se le conmueva hondamente con los grandes arranques de pasión: El conocinionto de ios reeursos teatrales eu tiompos de SEAKESI'BARE es alhsolutamenie indispensabie para comprender la razón de muchas acolaciones de sus dramus: «Otra calle en Veronan, que se lee en Romeo y Julieta; «Otra parte del Dano», que se dice en Macbeth: «El campo de Bosvorcia» que se ve en Ricardo 1II, donde á la vez acampan (suponiéndose siempre á distaneia de algunas millas) los dos ejércitos enemigos de Ricardo y de lticlı- mond. Lo que hoy las más ingeniosas decoraciones no lendrían poder para indicar, era perfectamonte intetigible para los espectadores de Shakespeare, gracias á eenvenientos leireros expuestos al públice en visibles cartelones.

A senejante pobreza teatral sucedió al fin una riqueza anteriormente deseonocida en Inglaterra.

Después de la Restauración, en 1660, tres Compañlas actuaron en Londres; poro-como resuliado de enfadosos litig'os--8ólo quedaron dos: la de El Rey y la de El buque: