Página:Obras dramáticas de Guillermo Shakespeare - Tomo I (1897).pdf/120

Esta página no ha sido corregida
CXIV
Obras de Shakespeare.

No hay mal que por bien no venga. Scblegel observa queel afán de suplir la falta de arte en Shakespeare, de esclarecer su ignorancia, de notar sus anacronismos, de ccmentar sus retruécapos y de explicar sus alusiones ..

produjo el bien de desenterrar durante el siglo pasado 'a literatura anterior á Shakespeare y contemporánea suya, sacándola del olvido para fjar palabras, determinar acepciones, sentar etimologias, y explanar dichos, alusiones y referencias á usos y costumbres ya olvidadas.

No se crea, pues, que el námero de correctores de la versificación Sbakesperiada se redujo al de los editores durante el siglo XVILI. Según leo en bibiógrafos autorizados, aubes de critiquizantes descargaron sobre los versos de Shakespeare, especialmento al cerrar el siglo.

En efecto, nada más fácil para un entendimiento menguado que pasar por grande, atreviéndose con un genio, como el insecto que pica á un gigante. Es más bábil desacreditar que alabar, y el nihi! admirari es inseparable de la ignorancia ó de la fatuidad, Los cosacos en 1815 no admiraban los monumentos de Paris, ni la elevación de los globos aerostáticosB: para ellos tode era igual: lo incomprensible. El soberbio á quien por fatuo nada admira, se acredita de entendido y de versado en cosas mejores aún.

Distinguir relaciones y gozar con la armoala de las partes que constituyen la belleza de un conjunto, no es dado á las inteligencias mfopes, que no ven desde lejos: observar rugosidades y desconchaduras en los muros del Partenóe es muy sencillo para quien se acerca tanto que ya no puede ver el gran conjunto. En todo balla faitas el presumido maligno, aunque sea en accidentes desligados con ta cosa. Fara el critieastro griego, Venus tenia la falta de bacer, cuando andaba, ruido con sus eandalias. Quien consura se alaba, y quien vitupera at genio se exhrbe cual!