Página:Obras de los moralistas griegos. Marco Aurelio-Teofrasto-Epicteto-Cebes (1888).pdf/77

Esta página no ha sido corregida

LIBRO SEGUNDO.

Por la mañana no dejes de hacerte esta cuen ciendo: tropezaré hoy con algún curioso, con algún ingrato, con algún provocativo, con otro doloso, con otro envidioso, con otro intratable; todos estos vicios les vienen á ellos de la ignorancia[1] del bien y del mal. Pero yo, que por una parte tengo bien visto y meditado, que la naturaleza del bien[2] totalmente consiste en lo honesto; la del mal en lo torpe, y que por otra conozco á fondo ser tal la condición del que peca, que no deja de ser mi pariente, no por un di- [1] También es constante entre los teólogos cristianos, que la ignorancia es el origen, ó la ocasión de todo vicio moral: y el que deba ser voluntaria la ignorancia, para ser principio, y seninario del vicio, es igualmente recibido aún de los filósofos morales. Aristot. Etbic., lib. 111, cap. I.

Véase á Santo Tomás, lib. 11., M. SS. D. 22, g. 11 art. III.

[2] Esta es como estoica, ótt uóvov áyabdv td xaldv, que sólo lo honesto es bien, y aún sumo bien: 8ólo lo torpe es mal, y aún mal sumollave maestra de toda la filosofia


  1. 1,0 1,1
  2. 2,0 2,1