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LA TABLA DE CEBES.

cia y Error que habia bebido, lo que no es bueno le parecía bueno, y lo que no es malo, malo. Y de aquí le venía el vivir mal, como á todos los demás que moran allí. Pero ahora, como ha comprendido la ciencia de las cosas que le cumplen, vívese muy bien, y ve qué mal les va á los otros.

—Y después que ya lo ha considerado todo, ¿qué hace, ó á dó se va?

—A do él quisiere, dice. Porque ya él está seguro donde quiera, como el que tiene á su mandar el bosque Coricio, y donde quiera que vaya jvivirá muy bien con toda seguridad. Porque todos lo recibirán de buena gana, como los enfermos al médico.

—¿Tampoco temerá, pues, que aquellas mujeres que decías que eran bestias fieras no le hagan algún daño?

—Tampoco. Ni menos lo alterarán ya ni el Dolor, ni la Tristeza, ni la Disolución, ni la Codicia del dinero, ni menos la Pobreza, ni otro mal ninguno. Porque sobre todo eso tiene señorío, y ya está más alto que todas esas cosas que le daban antes pena, de la misma manera que los que ha mordido la vibora.

Porque los demás animales ponzoñosos, y que hacen mal á los demás hasta traerlos á la muerte, á éstos no les ofenden, porque tienen en sí el remedio que preserva[1].

—Muy bien me parece lo que dices. Pero díme, demás de esto, quién son éstos, que parece que vienen de allí, del collado, y unos de ellos vienen[1] Kai tooTov oùôtv, etc. Abril onite todo este período, que hace falta para el perfecto sentido de este lugar. Su traducción es: ni tampoco ofenden á éste, porque posee también el antidoto ó contraveneno.


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