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MORALISTAS GRIEGOS.

trina) le venían á rogar que los condujese á casa de los otros filósofos y emplease para ello su recomendación, en lugar de disuadirles les conducía con muchísima cortesía. Muy poco se le daba que prefiriesen la doctrina de otros á la suya. Si sucede, pues, que se habla de algún axioma de filosofía delante de ignorantes, guarda silencio cuanto te fuere posible, porque hay gran peligro de que vomites lo que aun no has digerido. Si alguno te dice que eres ignorante y no te alteras por ello, sabe que has hecho ya parte de lo que tus preceptos te ordenan. Las ovejas no vuelven á dar el heno ni la hierba que han comido, pero en recompensa engordan y dan leche y lana á sus dueños. Así tú no te has de ocupar en conversar con los ignorantes de tus preceptos, porque que no los has digerido. Debes instruirles con tus accionesseñal LXIX.

Si has aprendido á satisfacer tu cuerpo con poco, no te glorifiques contigo mismo. Si te has acostumbrado á beber agua solamente, no pienses andarte alabando de ello, y si alguna vez quieres ejercitarte en tu trabajo, ejercitate privadamente y no desees ser visto de los demás á ejemplo de los que (siendo perseguidos por personas de autoridad) corren á abrazar las estatuas para juntar el pueblo y en este estado gritan que les hacen violencia. Cualquiera que asi busca la gloria la busca por fuera y pierde el fruto de la paciencia y de la frugalidad, porque establece el fin de estas excelentes virtudes en la opinión de