Página:Obras de los moralistas griegos. Marco Aurelio-Teofrasto-Epicteto-Cebes (1888).pdf/44

Esta página no ha sido corregida
XLII
MORALISTAS GRIEGOS.

mano de los Romanos Ariogeses, rey de los Cuados, á quien Marco no impuso más pena que el destierro. Este prodigio le fija Sebastián Tillemont al año de Cristo 174.

Muchos pueblos de la Germania siguieron el ejemplo de los Cuados, pidiendo la paz á Marco Aurelio; concediósela, y el primer fruto que de ella sacó, fué el rescate de más de cien mil Romanos que estaban prisioneros. Condescendió también en que algunas colonias de los vencidos se estableciesen en tierras del Imperio, como en la Dacia, Pannonia, las dos Germanias, las riberas del Rhin y aun en Italia y Rávena. Presto conoció el inconveniente de semejantes gracias, pues los de Rávena conspiraron para apoderarse de la ciudad; echólos de Italia, y jamás volvió á admitir en ella semejantes huéspedes. Entre los oficiales que en esta guerra se distinguieron, uno fué Rufo Baseo, que de los infimos grados de la milicia subió á prefecto del Pretorio; otro Pompeyano, yerno del Emperador. Éste mostró un género de fortaleza más rara y estimable que la militar. Declaróse en favor de Pertinaz, que después sucedió á Cómodo, no obstante que estaba en desgracia de su suegro por una de aquellas tramas tan usadas en las cortes. Pertinaz era hijo de un libertode Lolliano Avito, varón consular, por cuya protección consiguió una compañía, dejando la escuela de gramática que regentaba, y que á su ambición venia muy estrecha. Sirvió en Siria con distinción, y ahora en Germania lo empleó Pompeyano en el destacamento que él niandaba.

Hizo prodigios de valor, que referidos por Pompeyano al suegro y apoyados por la recomendación