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MORALISTAS GRIEGOS.

tas á su casa, muestra á todos cuantos encuentra la despensa que ha comprado, y los convida. Parado á la tienda de un barbero ó boticario, les dice que después ha de beber hasta emborracharse. Si vende vino, dará al mayor de sus amigos el más corrompido ó adulterado. Y si es alguna vez de obligación ir al teatro, no envía á sus hijos hasta que los cobradores permiten entrar de balde. Destinado por embajador con otros, deja en su casa las dietas que la ciudad le asigna para gastos del camino, y toma prestado de los compañeros de su embajada. Pone al criado que le acompaña mayor carga que la que puede llevar, pero le da menos alimentos de los que necesita. Pide la parte del regalo dado por los que reciben la embajada, y la vende luego que la toma. Lavándose en el baño, dice al muchachuelo ó sirviente: Rancio y podrido está este aceite que compraste, y se unge con el de otros. Si sus criados se hallan en la calle algunos maravedises[1], es capaz de pedirles parte, diciendo que Mercurio es común, ó que el dinero es para todos. También es modo de proceder suyo medir él mismo con la medida común, pero que tenga el fondo sumido adentro, así como bajar el rasero con sumo cuidado cuando reparte el mantenimiento que corresponde á sus criados. Si toma alguna prenda de casa de un amigo, la vende. Si paga sus deudas, y delbe entregar treinta minas[2], las pagará sin duda dando cuatro dracmas menos. Si da un festín á los de su gremio ó cofradía, pedirá del fondo común el gasto de la comida


  1. Chalcos. Véase la nota al cap. x.
  2. La mina constaba de 100 dracmas. Véase cap. x.