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TEOFRASTO.—CARACTERES MORALES.

dante banquete de noticias frescas. Y tiene á la mano un soldado, ó el hijo de Astio el flautista, ó Licos el asentista, que acaba de llegar de la batalla, de quien dice haberlo oído. En consecuencia, sus relaciones son tales, que ninguno puede verificarlas ni redargüirlas. Expone, pues, que éstos dicen haber ganado Polisperco y el Rey de Persia una batalla, y que Casandro cayó vivo en sus manos. Si alguno le pregunta: ¿Crees tú eso? dirá que el suceso corre por toda la ciudad, que toma más y más cuerpo la noticia, y que todas las circunstancias son congruentes. Que esto es lo que se cuenta de la batalla, y que fué muy sangrienta, ó grande la mortandad. Que para él es indicio cierto de la verdad el aspecto de los que mandan en la república, pues los ve á todos demudados. Añade que también lo ha oido de ciertas personas que tienen oculto en su casa á uno que cinco días antes ha llegado de Macedonia, quien se halló presente á todo el suceso. Y expuesto todo el hecho: Cómo pensaréis que fué? pregunta. Y aparentando grande lástima, añade: ¡oh desventurado Casandro! ¡Oh varón afligidisimo! Considerad las vueltas de la fortuna. Cierto es, no obstante, que habia llegado al colmo del poder. Pero mira que importa que tú solo sepas esto; y él va á decir lo mismo á todos los ciudadanos que procura encontrar. Me he admirado de tal especie de hombres y de cuál sea su designio forjando estas patrañas, porque no sólo engañan, sino que se distraen con perjuicio de sus negocios, puesto que congregando algunos de éstos grande auditorio en los baños, les han hurtado en muchas ocasiones sus ropas; otros, venciendo en la plaza ó pórtico una batalla de tierra ó un combate naval,