Página:Obras de los moralistas griegos. Marco Aurelio-Teofrasto-Epicteto-Cebes (1888).pdf/355

Esta página no ha sido corregida
297
TEOFRASTO.—CARACTERES MORALES.

VII.

DE LA CHARLATANERÍA.


Si alguno quisiese definir la charlatanería, podrá decir que es intemperancia ó desenfreno de palabras. El charlatán es tal: dioe al que le cuenta alguna cosa, sea la que fuere, que nada de ello es. Que él lo sabe todo muy bien, y que si quiere saberlo, le escuche. Después, interrumpiendo al que le responde: Oyes tú, le dice, mira no te olvides de lo que tenías que decir. Y prosigue: Muy bien has hecho en traérmelo á la memoria; y iqué útiles son estas conversaciones ! se me ha olvidado algo? Prontamente te impusiste en el hecho. Ya ha rato que aguardaba si tu coincidías conmigo en lo mismo. De estas y otras semejantes fórmulas se vale, de suerte que no deja respirar al que coge. Y después que así ha degollado á los particulares, es capaz de entremeterse con los que estén juntos en cabildo deliberando sobre asuntos de importancia, hasta ahuyentarlos todos. Entrándose en las aulas ó en las palestras, estorba que los jóvenes aprendan, y se pone á conversar con los directores y maestros. A los que dicen se quieren retirar, les acompaña, sin apartarse de ellos hasta dejarles en su casa. Oyendo lo ocurrido en el Senado, lo anuncia á otros. Comenzará á exponer latamente la batalla que se dió en tiempo de Aristofonte el Retor, y la de los Lacedemonios mandados por Lisandro, y ensalzando