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TEOFRASTO.—CARACTERES MORALES.

se hizo ayer conversación de ti en el pórtico[1]. Más de treinta hombres estábamos alli sentados, y viniendo á parar la conversación en averiguar quién era el ciudadano más perfecto, todos comenzaron por ti, y todos convinieron en el mismo nombre. Otras cosas semejantes habla. Quitará un pelito del vestido de aquel á quien adula; y si el viento ha hecho caer alguna paja sobre el pelo, se la quitará con gran cuidado, añadiendo con cara placentera y mucha risa: ¿Ves? por no haberte venido á ver en dos dias, tienes las barbas mezcladas de canas. Mas esto es chanza, que tú, como el que más, tienes para tu edad bien negros los cabellos. Cuando habla el adulado alguna cosa, manda que callen los demás; le elogia cuando le oye; y haciendo mil demostraciones, exclama cuando el adulado acaba de hablar: ¡Bravo! excelentemente ha dicho. Si aquél ha satirizado fríamente á alguno, lo celebra á carcajadas; y llevándose la ropa á la boca, da á entender que no puede contener la risa. Si encuentran á algunos, les avisa que se detengan un poco hasta que pase su merced. Compra camuesas y peras y las lleva y da á los hijos en presencia de su padre, y besándoles añade: ¡Hijitos de tan bello padre! Si éste compra sandalias, dice, que el pie está mucho más bien formado que el calzado. Si va á visitar á algún amigo, se adelanta el adulador y avisa: Su merced viene á visitarte; y retrocediendo, dice á éste: Ya he dado recado. También se esmera en servir todos los ministerios de las mujeres, mostrando que se afana. Entre todos los convi-


  1. Sitio públioo de Atenas donde concurrían principalnuente los discíipulos de Zenón, á quienes del nombre orad, stou, pórtico, llamaron Stoycos.