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MORALISTAS GRIEGOS.

tienes alguna cosa más excelente y divina que aquello que excita en tí los afectos y te agita enteramente á manera de un títere. Y entonces pregúntate: ¿ Cuál es ahora mi pensamiento? Acaso el miedo? La sospecha ? ¿La lascivia? Por ventura ha sido algún otro tmpetu de esta clase? Procura en primer lugar no hacer cosa alguna temerariamente y sin designio, en segundo lugar, que tus acciones no hagan relación á otra cosa alguna que á un fin útil al bien público.

Hazte la cuenta que dentro de poco ni tú mismo, ni cosa alguna de cuantas ahora ves, ni otro alguno de los que al presente viven, estaréis en parte alguna, porque todas las cosas de suyo nacen expuestas á la mutación, conversión y corrupción, para que de sus ruinas se hagan después otras cosas nuevas sucesivamente.

Persuádete que todo es una aprensión y que ésta pende de tí. Borra, pues, esa imaginación cuando quieras, y en esa conformidad en todo serás firme, así como el que dobló un cabo tiene suma tranquidad y logra un puerto adonde no llegan las olas.

Una, y cualquiera acción que se termina á su tiempo, nada desmerece por haberse terminado, ni menos recibió menoscabo alguno quien la puso en ejecución, sólo por eso de haberla concluido: luego del mismo modo el conjunto de todas las acciones en que consiste la vida, si á su tiempo cesare, sólo por eso de haber cesado no recibirá algún daño, ni será malamente vejado el que con oportunidad hubiere •dado fin á la serie de sus acciones. Pero es de advertir que la Naturaleza mide el tiempo y señala el fin de la vida, aunque alguna vez lo hace también la