A cada uno es útil aquello que la Naturaleza[1] del universo le dispensa, y entonces le es conducente cuando aquélla se lo da.
La tierra árida[2] desea la lluvia; el aire recio apetece lo mismo; también el mundo anhela poner por obra lo que se ha de hacer. Digo, pues, hablando con el mundo: yo amo lo que tú amas. Acaso eso no es así, y no se dice vulgarmente que esto ó aquello ama ser bhecho?
Ó bien que hayas siempre de vivir aquí, y entonces ya estás hecho á esta vida[3], ó bien que te salgas fuera, y esto ya lo deseabas, ó bien que te mueras, y con eso has cumplido con tu[4] ministerio.
Fuera de esto nada más hay: con que así, prosigue de buen ánimo.
Ten siempre por cosa cierta y averiguada que lo mismo es el campo que cualquiera[5] otro lugar, y[1] También dijo San Agust. in Psal. 145., v. 15. Prorsus, tanquam ægrotum reficiens medicus, et quod opus est, hoc dat; et quando opus est, tunc dat.
[2] M. Aurelio sin duda alude á unos versos de Euripides, que se hallan en Estobeo, tom. 1., lib. 1., tit. 12: « Cerne, amat ut imbrem terra, cùm sterili solum, Squallore lugens poscit humectas opes.
Rursum amat et æther ipse, Venerísque impetn Fætos madoris explet in terram sinus. Grot.»
[3] La oostumbre hace á todo. A speram nobis, et insuavem virtutum viam nimia facit vitiorum consuetudo; que si in alteram partem transferatur, invenitur semita justitia levis. S. Hieron. vel Paulin. ad Celant.
[4] El que muere cumplirá con su ministerio, si se entiende del que habla Cicerón, de Senect.: «Dum sumus in his inclusi compagibus corporis, munere quodam necesitatis, et gravi opere perfungimur.»
[5] Časaubono leyó totodto biov txsivo. La reflexión hecha