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MORALISTAS GRIEGOS.

Todas las cosas están trabadas y encadenadas entre sí, y su enlace es tan sagrado, que casi no se halla una que sea extraña y ajena respecto de la otra, porque todo se ve coordinado y contribuye esto al adorno del mismo universo. Y es, que el mundo viene á ser un compuesto de todas estas cosas y undios[1] en todas ellas, una substancia, una ley, una razón común á todos los animales intelectivos;.

finalmente, una verdad: puesto que es una misma la perfección de los vivientes, que son de un géneroy participan de una misma razón.

Todo lo material muy en breve se desaparece en la substancia[2] común del universo, y toda causa prontamente se reasume en la razón ó mente universal; finalmente, la memoria de todas las cosas queda presto sepultada en lo inmenso de la eternidad.

Para un viviente racional, es una misma la acción, conforme con la naturaleza[3], y la que es según razón.

[1] Si no constase que los estoicos admitían una materia caotica, distinta de la mente ignea y artificiosa, podría este paso reputarse por un puro panteismo. Ahora se deberá mirar como un error craso, que la fábula nos cuenta de un grande animal, no del otro mundo, sino de uno y otro mundo. Las expresiones que se siguen pueden tener un sentido inuy sano, refiriéndolas á aquella mente eterna y archetipa de Dios, en la cual residen como en su ejemplar, la ley, la razón, la verdad y la perfección, pero no aplicándolas á las naturalezas criadas, siendo eso muy disonante á los que participan de algún discurso.

[2] M. Aurelio alude á los dos principios, materia paciente y forma eficiente : doctrina común á los académicos.

[3] Por naturaleza entiende M. Aurelio el alma del universo, dios estoico.


  1. 1,0 1,1
  2. 2,0 2,1
  3. 3,0 3,1