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MORALISTAS GRIEGOS.

Ajústate y acomódate á lo que el hado te ha destinado, y ama á los hombres con quienes te cupo ensuerte el vivir, pero que sea de veras.

La máquina, el instrumento, todo preparativo, si sirve para lo que fué dispuesto, tiene su aprecio aun estando lejos de allí el que lo dispuso. Mas en los efectos que produce y contiene en sí la Naturaleza, siempre se queda dentro y reside en ellos la virtud y principio que los había hecho; según lo cual convenía que uno venerase más á la Naturaleza y que se persuadiese, que si él mismo viviese y perseveráse conforme con lo que ella quiere, le sucedería todo á medida de su deseo y del mismo modo que al universo le salen todas sus cosas como apetece.

Si supieses que algo de aquello que no está en tu mano, sea lo que se fuere, es para tí bueno ó malo, sería necesario que en la incursión en el tal mal y en la separación de semejante bien formases tus quejas contra los dioses y concibieses odio contra los hombres, reputándolos por autores ó sospechando que podrían serlo de tu caída en el mal ó pérdida del bien. Y en efecto, sucede que muchas veces obramos contra justicia y razón por la discordia de opinión cerca de estas cosas. Pero si nosotros juzgásemos por bienes ó males, los que solamente penden de nuestro arbitrio, no nos quedaría motivo alguno, ni de culpar á Dios, ni de hacer la guerra á hombre alguno.

Todos cooperamos á un mismo fin: los unos sabiendo y comprendiendo bien lo que hacen; los otros las naturalezas particulares hace aquella común Naturaleza 6 diosa viviente y animada de un estoico.