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MORALISTAS GRIEGOS.

pito y sonido de la lengua. Dejada, pues, tambiér la gloria del aplauso popular, ¿qué restará digno de estima? esto es, según yo juzgo, el portarse conforme á su propio estado, y atarearse á lo que los cuidados y las artes nos mueven é incitan. Porque toda arte tiene su mira, en que lo dispuesto y preparado sea muy á propósito para aquella obra, para la cual se había ordenado y destinado: esto pretende el labrador cuidando de la vid; el picador domando el potro y ei cazador amaestrando el perro. Y la educación y disciplina de la juventud á qué otra cosa aspira con su afán y diligencia? luego en esto consiste lo apreciable; y si esto te saliere bien, no será necesario que procures adquirir para ti otra cosa más. Es posible que ni aun por eso dejarás de apreciar otras muchas cosas ? Pues, haciéndolo así, ni te verás libre de cuidados, ni estarás contento con tu suerte, ni vivirás sin pasiones; por necesidad serás envidioso,.

y competidor; tendrás por sospechosos á los que pueden privarte de lo que gozas; armarás asechanzas á los poseedores, de lo que tienes en tanta estima: y así es absolutamente necesario, que, hallándote necesitado y privado de alguna cosa apreciable por tí, te perturbes é inquietes, y aun te quejes muchas veces de los dioses. Al contrario, la veneración y estima hecha de tu propia alma, hará que vivas contento y pagado de tí mismo; que te avengas y acomodes con los demás hombres; que te conformes y resignes con los dioses: esto es, alabándoles y aprobando cuanto ellos dispensan y determinan.

El movimiento de los elementos es hacia arriba[1],[1] Parece que alude á la doctrina peripatética que daba


  1. 1,0 1,1