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MORALISTAS GRIEGOS.

Observa interiormente, y procura que en ninguna cosa se te pase por alto su cualidad ni su mérito.

Todas las cosas subsistentes se mudarán bien presto y se unirán al todo; ó bien exhaladas (si es que sea compaginada la substancia[1] universal), ó bien disipadas se derramarán.

La mente gobernadora[2] del universo sabe muy bien en qué estado se halla ella misma, y lo que hace, y en cual materia lo ejecuta.

[1] Algunos filósofos querían que las substancias compuestas, después de mudadas y disueltas, volviesen á una materia primigenia, la cual fuese simple y de una misma especie ; y asi, Thales fué de opinión que la tal materia común era el agua. Phericides Syro era de parecer que la tierra; Anaxímenes decía que el aire; Heráclito era de dictamen que el fuego. Otros pretendían que se restituyesen á sus respectivos elementos, entre sí diversos, de los cuales, como de sus diferentes mineros, habian sido extraídas; y así, sabemos que Parménides se contentaba con dos, tierru y agua. Onomácrito añadia uno más, fuego, y Einpédocles İlegaba al número vulgar de los cnatro. Aristóteles subió de punto hasta llegar á aquella quinta natura ó elemento del éter, para tener de dónde sacar los espíritus. Yo, sin embargo, supongo que Marco Aurelio, sin aludir á nada de todo esto, quiere decir en el presente párrafo que, perdida la antigua forma, sutilizada ya y evaporada la materia de los mixtos, ó pasará á unirse en este nuevo estado con aquella alma común de la naturaleza (la cual, en sentir de los estoicos, es una substancia compuesta de eterna materia y fuego divino, entre si unidos), ó cuando no, por vía de disipación, se volverá al caos y confusión de los átomos, como se explica Marco Aurelio en otros lugares.

[2] Esta reflexión, si es ética, está llena de resignación y conformidad, aun cuando Dios obre por sus ocultos y altos juicios; pero, si es dogmática, va á probar que la naturaleza no es una fuerza material que obre con arreglo, sin entender el orden con que obra (error de algunos impios), sino una virtud dotada de razón y próvida en sus disposiciones.


  1. 1,0 1,1
  2. 2,0 2,1