Página:Obras de los moralistas griegos. Marco Aurelio-Teofrasto-Epicteto-Cebes (1888).pdf/159

Esta página no ha sido corregida
101
M. AURELIO.—SOLILOQUIOS.

respecto á las de superior calidad, y con mucha armonía concilió entre sí las más aventajadas, y así ves como las subordinó, las coordinó y distribuyó á cada una según su estado y condición, y redujo á .una reciproca concordia las que eran entre todas más excelentes.

Examina contigo mismo cómo te has portado hasta ahora con los dioses, con tus padres, hermanos, mujer, hijos, maestros, ayos, amigos, familiares, criados, si contra todos ellos habrás acaso hecho hasta este punto ó dicho algo opuesto á la piedad y á la religión. Haz memoria también cuántos negocios han pasado por tu mano y á cuántas fatigas has podido resistir, y advierte que la historia de tu vida ya la has completado y desempeñado tu ministerio; .acuérdate igualmente cuántas bellas cosas has visto; cuántos disgustos has padecido; cuántas cosas llenas de gloria has despreciado, y con cuántos desconocidos é ingratos te has portado con benevolencia.

¿Por qué razón las almas rudas y sin arte ni habilidad han de perturbar á la que se halle[1] ador- .nada de instrucción y sabiduría? cuál, pues, es el alma instruída y sabia, dirás tú? es la que conoce el .principio y fin de las cosas, y también á aquella mente extendida por el universo, que desde toda[1] Esto, si no me engaño, es exhortarnos á la virtud sin contar con el qué dirán de aquellos que critican á todo el mundo siendo unos ignorantes. A la cuenta, según conjetura DAcier, había tenido que sufrir M. A. de las malas lenguas, que no gustarían de tanta filosofia en el palacio del Emperador; éste, en desquite, les da en cara con su ignorancia y al mismo tiempo los instruye, que sólo hay una ciencia útil é interesante, que es el arte de bien vivir.


  1. 1,0 1,1