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MORALISTAS GRIEGOS.

al alma, ni se les permite entrada en ella; ni pueden hacer que vuelva atrás, ni que sea movida; ella sola es la que se muda é impele á sí misma, y cuales fueron las dictámenes que ella admitiere, tales hará que sean para si los objetos que se la ofrecieren.

El hombre es para nosotros una cosa muy allegada, atendida esta razón, porque debo hacerle bien y sufrirle con paciencia, pero mirando á esta otra que hay algunos hombres que se nos oponen en el cumplimiento de nuestras obligaciones, ya el hombre viene á ser para mi una de las cosas indiferentes y extrañas, no menos que lo son el sol, el viento y una bestia, porque á la verdad pueden también estas cosas impedirme la ejecución de la obra, bien que no sean de impedimento contra mi conato y mi disposición por motivo de la excepción hecha tácitamente, y por razón de la facilidad en convertir mi ánimo á lo que se me presentare, siendo así que la mente convierte todos los impedimentos de la acción y los transfiere á otra obra más aventajada ; de manera que le sirve de medio para obrar mejor el mismo impedimento de obrar bien, y le facilita el camino ese mismo estorbo de caminar.

Honra y ten en gran estimación lo que en el mundo es lo mejory más excelente; esto es, aquello que se sirve de todas las cosas y que gobierna las mismas. En esta conformidad honra también, y ten en mucho aprecio lo que en tí es lo más sobresaliente y aventajado, porque esto es en un todo homogéneo con aquello mismo que el mundo domina, y porque también en tu vida es regida y gobernada por aquel que usa de las otras cosas que tú tienes.