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M. AURELIO.—SOLILOQUIOS.

parecidas, son un misterio de la[1] Naturaleza: ésta es una condensación de aquellos mismos elementos de que aquélla es una disolución: en suma, nada hay en aquéllas de que deba uno avergonzarse[2], no hallándose en ellas cosa que no sea conforme á un viviente animado é intelectivo, ni que repugne á su estado y condición.

Siendo tales[3] los hombres, tales deben ser natural y necesariamente[4] sus acciones : y quien no[1] M, Aurelio llama misterio á lo que reputó (lib. 11, párr. 12) quoEwç Epyov no en el sentido de aquellos que no se hartan de llamar al hombre enigma, misterio, prodigio, cuos y otras cosas, para probar que el pecado original es una sustancia ó cualidad real y positiva que hace al hombre un animal monstruoso y una prodigiosa quimera.

[2] Nada positivo hay en la naturaleza del hombre de que éste deba correrse, si no quiere infamar á su autor ó darla un autor maniqueo. El pecado original no es un ente positivo, sino un húbito privatico, como lo llaman los teólogos, del que, como de un vergonzoso manantial, debe uno correrse, pero no hacer por él una penitencia de por vida.

Porque según los Sumos Pontifices, que condenaron la doctrina de Bayo, pu :o Dios criar al hombre en el estado de pura naturaleza.

[3] Parece que el Emperador, acabada de recibir alguna injuria, antes que vengarse con la espada quiso consolarse con la pluma, echando la culpa á la condicion humana.

[4] Necesariamente Habla en sentido popular de una necesidad moral de pecar, que este presente sistema de la naturaleza corrompida lleva consigo, y no de una absoluta necesidad, que en vez de culpable haria la naturaleza impecable. No obstante, si alguno quisiere, atribuyendo al hado lanecesidad, excusar su culpa, podrá oir á Zenón, autor y padre del hado, el cual castigando á un esclavo por ladrón, y éste, echando la culpa al hado decía, llevaba mi hado que yo robase, respondió:y también el que seas ahora desollado. Discúrrase y dogmaticese como se quiera, sobre el hado, sobre la necesidad, fuerza, delectación, ignorancia, coacción; con


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