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MORALISTAS GRIEGOS.

Ninguna obra se ha de ejecutar en vano, ni de otro modo que con una exacta atención y conformidad con las reglas del arte[1].

Muchos para su retiro buscan las casas de campo las orillas del mar, los montes; cosas que tú mismo solías desear con anhelo; pero todo esto es una vulgaridad, teniendo uno en su mano el recogerse en su interior y retirarse dentro de si en.la hora que le diere la gana; porque en ninguna parte tiene el hombre un retiro más quieto ni más desocupado que dentro de su mismo espiritu, especialmenteaquel que dentro de sí tiene tal provisión de documentos que al punto, dándoles una ojeada, se halla en suma tranquilidad. La que yo ahora llamo tranquilidad no es otra cosa que un ánimo bien dispuestoy ordenado. Date, pues, de continuo á este retiro, y rehazte de nuevo en él. Tendrás para esto ciertosrecuerdos breves, como primeros principios ó elementos, los cuales, prontamente reducidos á la memoria, serán eficaces para borrar y quitarte toda pesadumbre, y para restituirte libre de enfado á aquellasfunciones á las cuales hubieres de volver. Porque ¿qué cosa es la que no puedes sufrir con paciencia? zes la ruindad de los hombres? Sin embargo, haciendo tú sobre estas máximas la reflexión que los hombres nacieron para ayudarse unos á otros, y que de justicia deben[2] sufrirse mutuamente, y que pecan forzados[3] y contra su intento, haciendo- [1] Este consejo es de Cicerón, Off., lib. 1, cap. X: Omnis antem actio vacare debet temeritate, et negligentia.

[2] Estos primeros elementos de la moral, tan inculcadospor Platón (ep. 9, ad Archyt.)[3] Esta es otra paradoja llena de confusión : todos pecan


  1. 1,0 1,1
  2. 2,0 2,1
  3. 3,0 3,1