Página:Obras de los moralistas griegos. Marco Aurelio-Teofrasto-Epicteto-Cebes (1888).pdf/105

Esta página no ha sido corregida
47
M. AURELIO.—SOLILOQUIOS.

vida, şiempre acostumbrado á precaverse tan sólo de que su mente, alguna vez, rehuse los oficios propios de hombre racional y sociable.

En el espíritu de un hombre muy moderado y cándido nada hallarás corrompido, contaminado ni ocultamente lisiado. Ni menos podrá la parca arrebatarle la vida en tal estado que no haya llegado ya al término de su perfección[1], al modo que podría alguno decir de una persona de teatro, que se salía de él antes de dar fin á la acción trágica que representaba. A más de esto; en el mismo jamás verás cosa alguna servil, ni afectada, ni postiza, ni sectaria ó sediciosa, ni que se resista al examen, ni que pretenda quedar oculta.

Ten gran cuenta con la facultad opinativa, porque todo depende de ahí, para que jamás se introduzca en tu espíritu alguna opinión repugnante á la naturaleza y condición de un viviente que participa de razón. Y lo que la tal condición requiere es reserva en el juzgar[2], familiaridad para con los hombres y obediencia á los dioses.

Echando, pues, de tí todo otro cuidado, pon sólo la atención en estas consideraciones, y al mismo tiempo acuérdate que cada uno no vive más de lo que es el tiempo presente en que vive, que es un punto indivisible, y que todo el resto de su vida, ó[1] Sobre este punto nos dice Séneca que longa est vita, si plena est, epíst. 93, y en la 32: Considera quam pulcra res sit consummare vitam ante mortem.-Vita non fit beatior, si longior. Mejor se explicó Varron, cuando escribió: Non eos optime vizisse, qui diutissime, sed qui modestissime; non enim vivere bonum est, sed bene vivere in Mod.

[2] La precaución y miramiento en el dar ó no dar ascenso á las ocurrencias de la fantasia, era lo que los estoicos lla-


  1. 1,0 1,1
  2. 2,0 2,1