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histórico.

biéndole imitado muchos, fueron muy pocos los que llegaron á igualarle. Con estos felices ensayos en el género escénico acabó el siglo XV.

La invencion de la imprenta, destinada á fijar y propagar verdades útiles á los hombres, difundia ya por todas partes sus artífices á principios del siglo XVI. Italia, siempre maestra del saber, cultivaba las letras con éxito feliz, buscando los ejemplares de perfeccion en las obras clásicas de la antigüedad, imprimiéndolas, traduciéndolas é imitándolas. La historia, la elocuencia, la poesía, la erudicion y todas las artes del diseño empezaron á florecer en grado eminente.

Venecia, Milan, Ferrara, Florencia, Roma y Nápoles eran las capitales mas cultas de Europa en aquella sazon. La plausible ocupacion de los Médicis, y el pontificado de Leon X, renovaron en Italia la edad de Pericles y de Augusto.

A este tiempo nuestros ejércitos acaudillados por el que mereció el nombre de Gran Capitan aseguraban la posesion de Nápoles, y nuestra influencia sobre todos los estados de aquella nacion.

En vano el poder de Francia quiso oponerse á la