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aquel mismo año se hicieron de la pieza cuatro ediciones que se despacharon al instante. Pero los que miraban con envidia su gloria, apelaron para derribarle á otro arbitrio tan bajo como odioso, que si bien no logró su electo por el indujo de Godoy, bastó para que Moratin, de genio tímido y aun receloso, abandonase el teatro, inutilizando las apuntaciones que habia hecho relativas á otras cuatro ó cinco comedias, cuyos planes tenia trazados. Procuró pues hacer vida retirada sin mas trato que el de sus amigos, y sin mas cuidados que los de su secretaria, y el cultivo de un jardincito que habia comprado casi al mismo tiempo que una casa en la calle de Fuencarral donde vivia, y mientras tanto iba recogiendo materiales para componer su obra sobre los Orígenes del teatro españor'. Nada faltaba entonces para colmar los deseos de un hombre sobrio, frugal, sin ambicion ni pretensiones, ni mas inclinacion que al ocio de las musas; pero la suerte le preparaba muy grandes sinsabores y amarguras en medio de continuas agitaciones por la parte de don de menos pudiera preveer ni aun imaginar.

Vino el año de 1808, fecundo en acontecimientos de indeleble memoria, preparados en el anterior por la entrada de los franceses en la península y ocupacion de sus principales fortalezas, y por la causa del Escorial. Cayó el valido de la cumbre de la fortuna: subió al trono el Príncipe Fernando: fue dolosamente cautivado en Bayona: alzóse España para vengar el ultraje hecho á su Soberano: venció al enemigo en Bailen, y ante los muros de Zaragoza y de Valencia: huyeron los franceses de Madrid al Ebro. En medio de aquellos sucesos creyéndose Moratin expuesto por el favor que habia debido á Godoy, y sin arbitrio para reflexionar, luego que los franceses evacuaron la corte, salió de ella también con su íntimo amigo don José Antonio Conde, y