los dos, lo cual, dicho sea de paso, para nosotros equivale á acertar.
La poesía eres tú, te he dicho, porque la poesía es el sentimiento, y el sentimiento es la mujer.
La poesía eres tú, porque esa vaga aspiración á lo bello que la caracteriza, y que es una facultad de la inteligencia en el hombre, en tí pudiera decirse que es un instinto.
La poesía eres tú, porque el sentimiento que en nosotros es un fenómeno accidental, y pasa como una ráfaga de aire, se halla tan íntimamente unido á tu organización especial, que constituye una parte de tí misma.
Últimamente, la poesía eres tú, porque tú eres el foco de donde parten sus rayos.
El genio verdadero tiene algunos atributos extraordinarios, que Balzac llama femeninos, y que efectivamente lo son.
En la escala de la inteligencia del poeta hay notas que pertenecen á la de la mujer, y éstas son las que expresan la ternura, la pasión y el sentimiento. Yo no sé por qué los poetas y las mujeres no se entienden mejor entre sí. Su manera de sentir tiene tantos puntos de contacto... Quizá por eso... Pero dejemos digresiones y volvamos al asunto.
Decíamos... ¡ah! sí, hablábamos de la poesía.
La poesía es en el hombre una cualidad pura-