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Gustavo A. Becquer
Lo que yo adoro
Sólo es verdad:
¡La Libertad!
Así los barqueros pasaban cantando
La eterna canción,
Y al golpe del remo saltaba la espuma
Y heríala el sol.
¿Te embarcas? gritaban; y yo sonriendo
Les dije al pasar:
— Ha tiempo lo hice; por cierto que aún tengo
La ropa en la playa tendida á secar.