Página:Obras de Bécquer - Vol. 3.djvu/180

Esta página ha sido validada
174
Gustavo A. Becquer

Allí, donde el sepulcro que se cierra
Abre una eternidad...
Todo cuanto los dos hemos callado
Lo tenemos que hablar!


XXXVIII.

Los suspiros son aire, y van al aire.
Las lágrimas son agua, y van al mar.
Díme, mujer: cuando el amor se olvida,
¿Sabes tú adonde va?


XXXIX.

¿A qué me lo decís? lo sé: es mudable.
Es altanera y vana y caprichosa;
Antes que el sentimiento de su alma,
Brotará el agua de la estéril roca.

Sé que en su corazón, nido de sierpes,
No hay una fibra que al amor responda;
Que es una estatua inanimada... pero...
Es tan hermosa!