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Rimas
XXX.
Asomaba á sus ojos una lágrima
y á mi labio una frase de perdón;
Habló el orgullo y se enjugó su llanto,
Y la frase en mis labios espiró.
Yo voy por un camino, ella por otro;
Pero al pensar en nuestro mutuo amor,
Yo digo aún: ¿por qué callé aquel día?
Y ella dirá: ¿por qué no lloré yo?
XXXI.
Nuestra pasión fué un trágico sainete
En cuya absurda fábula
Lo cómico y lo grave confundidos
Risas y llanto arrancan.
Pero fué lo peor de aquella historia
Que al fin de la jornada,
A ella tocaron lágrimas y risas,
Y á mí sólo las lágrimas!