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Pensamientos.

¿Qué viento la trajo hasta allí? No lo sé. Pero yo ví la flor de la semilla, que germinó en verde guirnalda de hojas, al pie del alto ciprés, que se levanta, como la última columna de un templo arruinado en medio de la llanura escueta y solitaria.

Yo ví aquella flor azul, del color de los cielos y roja como la sangre, y me acordé de nuestro imposible amor.

Un breve estío duraron los ligeros festones de verdura en derredor del viejo tronco; un breve estío duraron las campanillas azules, y las abejas de oro, y las mariposas blancas, sus amigas.

Y llegó el invierno helado, y el ciprés volvió á quedar solo, moviendo melancólicamente la cabeza, y sacudiendo los copos de nieve, alto, delgado y oscuro en medio de la blanca llanura...

¿Cuántas horas durarán tus risas y tus palabras sin sentido, tus melancolías sin causa y tus alegrías sin objeto? ¿Cuánto tiempo, en fin, durará tu amor de niña? Una breve mañana; y volverá á hacerse la noche en torno, y permaneceré solitario y triste, envuelto en las tinieblas de la vida.



Yo no envidio á los que rien: es posible vivir sin reirse... ¡pero sin llorar alguna vez!...