Página:Obras de Bécquer - Vol. 3.djvu/13

Esta página ha sido validada
LA PEREZA




L

a pereza dicen que es don de los inmortales: en efecto, en esa serena y olímpica quietud de los perezosos de pura raza, hay algo que les da cierta semejanza con los dioses.

El trabajo aseguran que santifica al hombre: de aquí sin duda el adagio popular que dice: «A Dios rogando y con el mazo dando». Yo tengo, no obstante, mis ideas particulares sobre este punto. Creo, en efecto, que se puede recitar una jaculatoria, mientras se echan los bofes golpeando un yunque; pero la verdadera oración, esa oración sin palabras que nos pone en contacto con el Ser Supremo, por medio de la idea mística, no puede existir sin tener á la pereza por base.

La pereza, pues, no sólo ennoblece al hombre