el que vence una dificultad por gala, no; los ha hecho sin duda porque sus ideas, al revestirse espontáneamente de una forma, han tomado ésta; porque su libre educación literaria, su conocimiento de los poetas alemanes y el estudio especialísimo de la poesía popular, han formado desde luego su talento á propósito para representar este nuevo género en nuestra nación.
En efecto, sus cantares, ora brillantes y graciosos, ora sentidos y profundos, ya se traduzcan por medio de un rasgo apasionado y valiente, ya merced á una nota melancólica y vaga, siempre vienen á herir alguna de las fibras del corazón del poeta.
En ellos hay un grito para cada dolor, una sonrisa para cada esperanza, una lágrima para cada desengaño, un suspiro para cada recuerdo.
En sus manos la sencilla arpa popular recorre todos los géneros, responde á todos los tonos de la infinita escala del sentimiento y las pasiones. No obstante, lo mismo al reir que al suspirar, al hablar del amor que al exponer algunos de sus extraños fenómenos, al traducir un sentimiento que al formular una esperanza, estas canciones rebosan en una especie de vaga é indefinible melancolía que produce en el ánimo una sensación al par dolorosa y suave.
No es extraño.
En mi país, cuando la guitarra acompaña La