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La arquitectura árabe en Toledo.

derramándose por el mundo, hoy sestea en el Cairo, á la tarde duerme en el África, y al amanecer levanta su campamento y le sorprende el sol con el nuevo día en Europa.

Pero el momento de recoger el fruto de sus conquistas, la hora de recibir el precio de su sangre, tan prodigiosamente derramada, había llegado. Sus leyes, y con ellas sus costumbres, comenzaron á dulcificarse y á tomar una índole propia; el círculo de sus aspiraciones y sus necesidades se hizo mayor, y la sociedad que comenzaba á constituir puso el pie en la senda del progreso á que la llamaban su grandeza y su poder.

Como es de presumir, el arte no existía aún entre los sectarios de Mahoma, pero el desarrollo de la nueva religión lo comenzaba á hacer una necesidad. Y decimos una necesidad, porque es digna de ser observada la influencia que las creencias religiosas ejercen sobre la imaginación de los pueblos que crean un nuevo estilo. Recórrase, siquiera ligeramente, la historia moral, por decirlo así, de todos los países, y no se podrá por menos de conceder á esta influencia la gloria de haber dado á cada una de las naciones que civilizó, unas costumbres en perfecta afinidad con sus necesidades; y una arquitectura original en maravillosa armonía con su culto.

Los adoradores de Isis, los sacerdotes de sus te-