jer una amalgama de perjurios y ternura; el hombre un abismo de grandeza y pequenez; la vida, en fin, puede compararse á una larga cadena con estabones de hierro y de oro.
El mundo es un absurdo animado que rueda en el vacío para asombro de sus habitantes.
No busquéis su explicación en los Vedas, testimonios de las locuras de nuestros mayores, ni en los Puranas, donde, vestidos con las deslumbradoras galas de la poesía, se acumulan disparates sobre disparates acerca de su origen.
Oid la historia de la creación tal como fué revelada á un piadoso brahmin, después de pasar tres meses en ayunas, inmóvil en la contemplación de sí mismo, y con los índices levantados hacia el firmamento.
Brahma es el punto de la circunferencia; de él parte y á él converge todo. No tuvo principio ni tendrá fin.