Página:Obras de Bécquer - Vol. 1.djvu/216

Esta página ha sido corregida
154
GUSTAVO A. BECQUER

lérico en su sitial: no quiero nada... es decir, sí quiero... quiero que me dejéis solo... Cántigas... mujeres... glorias... felicidad... mentiras todo, fantasmas vanos que formamos en nuestra imaginación y vestimos á nuestro antojo, y los amamos y corremos tras ellos, ¿para qué? ¿para qué? para encontrar un rayo de luna.

Manrique estaba loco; por lo menos, todo el mundo lo creía así. A mí, por el contrario, se me figura que lo que había hecho era recuperar el juicio.