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der, y construyendo es como se aprende å construir. Por último, bajo la relacion del tiempo el primer lugar pertenece tambien al acto. Los miembros en potencia parecen anteriores al hombre, pero esto no es más que una apariencia; el hombre procede del hombre, el músico del músico, hay siempre un primer motor, y este primer motor existe ya en acto[1]. Los tres principios de la forma, de la causa final y del movimiento, vienen, por tanto, á identificarse en un solo y mismo principio, áun para los objetos materiales. La identificacion no es completa, es cierto; el hombre produce el hombre, pero el sér producido tiene una forma propia, y si la causa final no difiere de la esencia, difiere de la causa productora, y no hay identidad entre lo que es producido y lo que lo ha producido. Sólo en una esfera más elevada, bajo el punto de vista del sér absoluto, encontraremos verdaderamente la identidad absoluta. La causa productora y la causa final serán un solo y mismo principio, y Dios será á la vez la causa y el fin de todo movimiento.

Teología. El espíritu concibe un sér eterno é infinito, y esta concepcion basta por sí misma para que tengam os derecho á afirmar su infinita y eterna existencia. Hay sin embargo otras pruebas más visibles, si puede decirse así, y más al alcance de todos, y son las que se sacan del exámen del mundo sensible; pruebas absolutas igualmente, porque descansan en un principio absoluto, el axioma de causalidad. Los argumentos con que Aristóteles prueba la existencia de Dios son principalmente argumentos fisicos, como se los llama en el lenguaje de la filosofia moderna. La grandiosa y profunda teoría del sér sensible, de la que hemos procurado dar una idea, no es para Aristóteles más que un medio y no un fin; el fin verdadero cs el conocimiento de Dios, porque el objeto de la filosofía primera es Dios mismo.

Toda produccion viene, ó de la naturaleza, ó del arte, ó del azar. La ciencia no se ocupa de las producciones del azar; Aristóteles nos ha dicho más arriba el por qué. En cuanto á las otras producciones, las del arte y las de la naturaleza, no son producciones en el sentido absoluto que se da á estapalabra, son sólo la realizacion de la forma eterna é increada en una materia eterna, increada. Y así, cuando se dice que un hombre es producido por un hombre, y que un árbol nace de una semilla, esto significa, que una forma preexistente se realiza en una materia preexistente; esta forma que se realiza, estaba ya en otro sér, en el árbol que ha producido la semilla, en el hombre que ha engendrado. El individuo, hombre ó árbol, es causa del individuo, pero no causa absoluta. Su accion está subordinada á ciertas condiciones necesarias, á causas cooperantes, como las llama en cierto lugar Aristóteles[2]. Háilas inmediatas, las hay más lejanas, y aunque se relacionan las unas á las otras, la serie de las causas no se prolonga hasta el


  1. Libro ix.
  2. Melal., v, 5.