III.
El fin de la ciencia se halla ya determinado[1]; es el conocimiento de los principios y de las causas del sér. Aristóteles, sobre este punto, está de acuerdo con Platon. Pero esta definicion es tambien vaga y da lugar á un gran número de cuestiones, que es preciso esclarecer, si no queremos vernos entorpecidos á cada instante por insuperables dificultades[2]. Por ejemplo, ¿pertenece á una sola ciencia estudiar todas las especies de causas, ó bien cada causa es objeto de una ciencia particular? Entre estas causas ¿cuál es la que más especialmente pertenece á la filosofia? ¿Es la causa final, es la sustancia? Admitida esta última suposicion, ¿todas las sustancias son objeto de una sola ciencia ó de muchas? ¿La filosofía primera abraza sólo las sustancias, ó estudia tambien sus propiedades? ¿Es de su competencia el estudiar el sér bajo sus diversas relaciones de semejanza, desemejanza, etc., etc., ó por lo contrario, es este el objeto propio de la dialéctica? ¡Están tambien sometidos á su dominio los principios de la demostracion? Por último, ¿qué diferencia hay entre la filosofia primera y las otras ciencias, como las metemáticas y la fisica, por ejemplo? Todas estas cuestiones debe plantear el filósofo; porque ántes de comenzar el estudio de una ciencia, es indispensable haberse formado una idea exacta de su extension y de los objetos que comprende. Miéntras no se fije el camino que hay que recorrer, la ciencia realmente no es posible; queda fluctuante, incierta, ni puede definirse á si propia. Este es, por lo general, el defecto de la filosofia en los tiempos modernos; por no haber determinado dónde comienza y dónde debe hacer alto, se ha filosofado á la ventura; tenemos filosofia buena ó mala, pero no se ha constituido la filosofía, no se ha creado una ciencia en la verdadera acepcion de la palabra. Bajo este punto de vista como tantos otros, Aristóteles había dado un ejemplo útil y digno de tomarse en cuenta y trazado el camino al que tarde ó temprano se había de volver.
Para él la filosofia es la ciencia del sér en general y de sus principios, no del sér en tal circunstancia dada, del sér físico ó del sér matemático, sino del sér en tanto que sér. Las ciencias particulares, la fisica, las matemáticas, y en general todas las ciencias intelectuales, tienen principios más ó ménos rigurosos, pero sólo abrazan un objeto, un género determinado, no entran en ninguna consideracion sobre el sér propiamente dicho, ni sobre la esencia. Unas parten del sér sin estudiarle en sí mismo; otras admiten desde luego la forma determinada como una propiedad del género de que se ocupan, pero sin decir nada de la existencia ó no-existencia de este género. La fisica es la ciencia de los séres materiales, en tanto que