Segun tú, una misma cosa parece justa á los unos é injusta á los otros, y este disentimiento es la causa de sus disputas y de sus guerras. ¿No es así?
Sin duda.
Se sigue de aquí, que una misma cosa es amada y aborrecida por los dioses, y les es al mismo tiempo agradable y desagradable.
Así parece.
Y por consiguiente, lo santo y lo impío no son una misma cosa segun tú?
La consecuencia parece ser exacta.
Aún no has respondido á mi pregunta, incomparable Eutifron; porque yo no te preguntaba lo que es á la vez santo é impío, agradable y desagradable á los dioses; de manera que podrá suceder muy bien sin milagro que la accion que haces hoy persiguiendo en juicio á tu padre, agrade á Júpiter y desagrade á Cœlo y á Saturno; que sea agradable á Vulcano y desagradable á Juno; y así á todos los demas dioses que no estén conformes en una misma opinion.
Pero yo creo, Sócrates, que sobre esto no hay disputa entre los dioses, y que ninguno de ellos quiere que el que ha cometido una muerte injusta quede impune.
Tampoco hay hombre que lo pretenda. ¿Has oido jamás que se haya atrevido nadie à sostener que el que ha