Llamo santo, por ejemplo, lo que hago yo hoy dia de perseguir en justicia todo hombre que comete muertes, sacrilegios y otras injusticias semejantes, ya sea padre, madre, hermano ó cualquiera otro; y llamo impío no perseguirles. Sígueme, Sócrates; te lo suplico, porque quiero darte pruebas bien positivas de que mi definicion es buena, y que es una accion santa, como se lo he dicho á muchas personas, no tener ningun género de miramientos con el impío, cualquiera que él sea. Todo el mundo sabe que Júpiter es el mejor y el más justo de los dioses, y todos convienen en que encadenó á su mismo padre porque devoraba sus hijos contra razon y justicia; y Saturno no trató con ménos rigor å su padre por otra falta. Sin embargo, se sublevan contra mí porque persigo á mi padre por una injusticia atroz, y se incurre en una manifiesta contradiccion, juzgando de tan distinto modo la accion de los dioses y la mia.
¿No es esto mismo, Eutifron, lo que motiva hoy mi acusacion ante el tribunal, porque cuando se me habla de estas leyendas de los dioses las recibo con dificultad? Y estoy persuadido que este será el crimen que se me impute. Si tú que eres tan hábil en materia de religion, estás de acuerdo en este punto con el pueblo, y si crees en tales leyendas, es de necesidad que nosotros lo creamos igualmente; nosotros que confesamos ingénuamente no tener ningun conocimiento de estas materias. Esta es la razon para pedirte, en nombre del dios que preside á la amistad, que no me engañes, y que me digas: ¿Crees que todas estas cosas se hayan realmente verificado?
No sólo éstas, sino tambien otras más sorprendentes, que el pueblo ignora.