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¡Ah! No supone en Eneas mismo esta ciencia de apelar á la fuga con intencion, puesto que le llama sabio en huir?

Eso es muy bueno, Sócrates, porque Homero habla de los carros de guerra en este pasaje; y en cuanto á lo que dices de los escitas, se trata de tropas de caballería que se baten de esa manera, pero nuestra infantería griega combate como yo digo.

Exceptuarás quizá á los lacedemonios, porque he oido decir que en la batalla de Platea, cuando atacaron á los persas, que formaban un muro con sus broqueles, creyeron que no les convenia mantenerse firmes en su puesto, y emprendieron la fuga; y cuando las filas de los persas se rompieron por perseguir á los lacedemonios, volvieron éstos la cara como la caballería, y por medio de esta maniobra estratégica consiguieron la victoria.

Es cierto.

Hé aquí por qué te decia ántes que habia sido yo causa de que no hubieses respondido bien, porque yo te habia interrogado mal, puesto que queria saber de tí lo que es un hombre valiente, no sólo en la infantería, sino tambien en la caballería y demás especies de armas; y no sólo un hombre valiente en todo lo relativo á la guerra, sino tambien en los peligros de la mar, en las enfermedades, en la pobreza y en el manejo de los negocios públicos; y lo mismo un hombre valiente en medio de los disgustos, las tristezas, los temores, los deseos y los placeres; un hombre valiente, que sepa combatir sus pasiones, sea resistiéndolas á pié firme, sea huyendo de ellas, porque el valor, Laques, se extiende á todas estas cosas.

Eso es cierto, Sócrates.