EL PRIMER ALCIBIADES
Ó
DE LA NATURALEZA HUMANA.
Ó
Hijo de Clinias, estarás sorprendido de ver, que habiendo sido yo el primero á amarte, sea ahora el último en dejarte; que despues de haberte abandonado mis rivales, permanezca yo fiel; y en fin, que teniéndote los demás como sitiado con sus amorosos obsequios, sólo yo haya estado sin hablarte por espacio de tantos años. No ha sido ningun miramiento humano el que me ha sugerido esta conducta, sino una consideracion por entero divina, que te explicaré más adelante. Ahora que el Dios no me lo impide, me apresuro á comunicarme contigo, y espero que nuestra relacion no te ha de ser desagradable para lo sucesivo. En todo el tiempo que ha durado mi silencio, no he cesado de mirar y juzgar la conducta que has observado con mis rivales; entre el gran número de hombres orgullosos que se han mostrado adictos á tí, no hay uno que no hayas rechazado con tus desdenes, y quiero explicarte la causa de este tu desprecio para con ellos. Tú crees no necesitar de nadie, tan generosa y liberal ha sido contigo la naturaleza, comenzando por el cuerpo y concluyendo con el alma. En primer lugar te crees el más hermoso y más bien formado de todos los hombres, y en este punto basta verte para decir que no te engañas. En segundo lugar, tú te crees pertenecer á