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VII
Frente á la Opera hay un café, hoy ya refaccionado - el café de Repetto, si no lo recuerdo mal; —en ese café, á la izquierda, habia un saloncito particular, uno solo, cuya única puerta daba al patio donde en las noches de estío se sentaban los parroquianos á beber y á tomar el fresco.
A aquel saloncito nos dirigimos Laura y yo.
Hice que nos sirvieran todo de una vez, y que nos dejarán solos para poder hablar libremente, sin temer interrupciones.