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EL OLVIDO
rían un personaje inverosímil; porque si Scévola metió la mano en un brasero; si Leona, la legendaria y animosa amiga de Harmodio y Aristogitón, se cortó la lengua con los dientes; si Juan Valjean, el eterno forzado, se aplicó al brazo un hierro enrojecido, - yo he dejado que mi corazón fuese quemándose á fuego lento durante una hora para mí más larga que toda una eternidad.
Escucha cómo.