cara de dominó negro con camelias blancas llamó mi atención: bailaba alegremente con el joven que paseaba en el corso con ella.
Si me preguntas por qué traté de colocarme cerca de ambos, no te sabré contestar: hay acciones que se llevan á cabo sin premeditación, sin causa aparente; la causa, sin embargo, tiene que existir, existe. ¿Cuál es? La respuesta se presenta fácil: el instinto, cierto don de clarovidencia que tiene el hombre en general -la intuición de las desgracias ó de las dichas... El hecho es que yo me acerqué á ellos ...
Ya habrás adivinado tú, desde el momento en que subí en el carruaje -como entonces lo adiviné yo, aunque con menos claridad- que aquella mujer era Laura. ¡Laura!... Pero yo no me daba aún cuenta exacta de ello...
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