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QUIEN DA PAN A PERRO AGENO
la felicidad suya, y creyó haber dado con el quid de la cuestión, con la manera de desatar aquel nudo gordiano.
Supuso la verdad, pero no toda: que Marciana enamorada de Rodolfo, trataba por todos los medios de romper las bodas de su amiga; que para ello no habia encontrado espediente mejor que una ruindad: una mentira que habria de descubrirse de un momento á otro.
En cuanto á que Rodolfo estuviese directa ó indirecramente en el complot, ella no podia pensarlo: el joven era demasiado noble para eso.
Pero, si Marciana no perdonaba á su rival, Elena estaba dispuesta á perdonar a la suya; comprendía por aquellos dolores que la acometieran, lo que son los celos, terribles, implacables enemigos que turban la razón y oscurecen el juicio