Página:Novelas y Cuentos de Edgar Allan Poe (1884).djvu/286

Esta página ha sido corregida
272
EDGAR POE. — NOVELAS Y CUENTOS

régimen capital, — sencillo, limpio, — sin dificultades, — realmente delicioso, — era.....

Aquí las observaciones de mi huésped fueron bruscamente interrumpidas por una nueva serie de gritos, de la misma naturaleza que los que antes nos habían desconcertado. Esta vez sin embargo parecían prove­nir de gentes que se acercaban rápidamente.

—¡Bondad divina! — exclamé;— sin duda alguna los locoa se han escapado.

— Temo que tenga Vd. razón, respondió M. Mail­lard poniéndose excesivamente pálido.

Apenas había terminado la frase cuando se oyeron bajo las ventanas grandes gritos é imprecaciones, é inmediatamente después se hizo evidente que algunos individuos se ingeniaban por fuera para entrar porfuerza en la sala. Batieron la puerta con algo que debía ser una especie de ariete ó un enorme martillo, y las hojas de madera eran sacudidas y empujadas con grandísima violencia.

Siguióse á esto una escena de horrible confusión. M. Maillard, con gran asombro mío, se echó bajo el aparador. Yo hubiera esperado de su parte mayor resolución. Los miembros de la orquesta, que desde hacía un cuarto de hora, parecían demasiado borrachos para llenar sus funciones, saltaron sobre su mesa y atacaron de común acuerdo un Yankee Doedlo[1] que ejecutaron, si no con precisión, al menos con energía sobrehumana, mientras duró el desorden.

Entretanto el señor á quien se había impedido con

  1. Aire popular americano. El lector amante de la verdad local puede substituir mentalmente la Caramanola ú otro aire francés.