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EDGAR POE. — NOVELAS Y CUENTOS

aprensión por las consecuencias si se agitaba. Oyó las voces en disputa. La voz gruesa era la de un francés. No pudo oir lo que dijeron. La voz aguda era de un inglés—está seguro de ello. No entiende el inglés, pero juzga por la entonación.

«Alberto Montani, confitero, depone que estaba entre los primeros que subieron las escaleras. Oyó las voces en cuestión. La voz gruesa era de un francés. Distinguió algunas palabras. El que hablaba parecía reconvenir. No pudo entender lo que decia la voz aguda. Hablaba muy ligero y desigualmente. Cree que era voz de ruso. Corrobora lo dicho por los demás. Es italiano. No ha conversado jamás con un ruso.

«Varios testigos, vueltos á llamar, declararon que las chimeneas de todos los cuartos del último piso son muy estrechas para permitir pasar un cuerpo humano. Por «deshollinadores» quisieron decir los cepillos cilindricos que emplean los limpiadores de chimeneas. Estos cepillos fueron pasados de arriba á bajo en todos los caños de la casa. No hay en los fondos ningún pasaje por el que se pueda haber descendido mientras los vecinos subían las escaleras. El cuerpo de la señorita L'Espanaye estaba tan firmemente metido dentro de la chimenea, que no pudo ser sacado hasta que cuatro ó cinco hombres unieron sus esfuerzos con ese objeto.

«Pablo Dumas, médico, depone que fué llamado para examinar los cuerpos, hacia la madrugada. Los dos estaban sobre una cama, en el cuarto que fué encontrada la señorita L'Espanaye.

«El cadáver de la joven presentaba muchas contusiones y escoriaciones, El heclio de haber sido introducido en la chimenea, explicaba suficientemente esos