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LOS CRÍMENES DE LA CALLE MORGUE

inglés. Parecia la de un alemán. Puede haber sido la voz de una mujer. No entiende alemán.

«Cuatro de los testigos nombrados más arriba, fueron vueltos á llamar, y depusieron que la puerta del cuarto en que fué encontrada la Sta. L. estaba cerrada por dentro cuando llegaron á ella. Todo se hallaba en perfecto silencio — ni murmullos ni ruidos de ninguna especie. Después que fué forzada la puerta, no so vió ninguna persona. Las ventanas del cuarto del fondo, como las del de enfrente, estaban cerradas y fuertemente sujetas por dentro. La puerta que conduce del cuarto de enfrente al corredor se encontraba cerrada, con la llave en el lado interno. Un cuartito, situado en el frente de la casa, en el último piso, al comenzar el corredor, fué hallado abierto con la puerta entornada. Esta pieza estaba llena de camas viejas, maletas y cosas por el estilo. Todo fué cuidadosamente reconocido y registrado. No hay una pulgada, un solo sitio de la casa, que no haya sido objeto de prolijas investigaciones. Deshollinadores fueron enviados á recorrer las chimenas. La casa tenia cualro piezas, con desvanes (mansardes). Una trampa que da al techo estaba clavada y asegurada — no parece haber sido abierta desde hace años. El tiempo corrido entre el momento en que se escucharon las voces que disputaban, y la violenta abertura de la puerta del cuarto, ha sido diferentemente apreciado por los testigos. Algunos lo hacen tan pequeño como tres minutos — otros tan largo como cinco. La puerta fué abierta con dificultad.

«Alfonso Garcia, rentista, depone que reside en la calle Morgue. Es español. Fué uno de los que entraron á la casa. No subió las escaleras. Es nervioso y tenía