Página:Novelas ejemplares - Tomo I (1919).pdf/16

Esta página no ha sido corregida
16
 

contra su esperanza no muy bien seguros; de cuyo tardarse nació aquel disgusto que lanzó del Templo al varón más justo:

santa tierra estéril, que al cabo produjo toda la abundancia que sustenta el mundo; casa de moneda, do se forjó el cuño que dió a Dios la forma que como hombre tuvo; madre de una hija en quien quiso y pudo mostrar Dios grandezas sobre humano curso.

Por vos y por ella sois, Ana, el refugio do van por remedio nuestros infortunios.

En cierta manera, tenéis, no lo dudo, sobre el Nieto imperio piadoso y justo.

A ser comunera del alcázar sumo, fueran mil parientes con voz de consuno.

¡Qué hija, y qué nieto,