Y así, les fué diciendo y declarando otros nombres de los que ellos llaman germanescos o de la germania, en el discurso de su plática, que no fué corta, porque el camino era largo. En el cual dijo Rincón a su guía:
—Es vuesa merced por ventura ladrón?
—Si—respondió él—, para servir a Dios y a las buenas gentes, aunque no de los muy cursados; que todavía estoy en el año del noviciado.
A lo cual respondió Cortado:
—Cosa nueva es para mí que haya ladrones en el mundo para servir a Dios y a la buena gente.
A lo cual respondió el mozo:
—Señor, yo no me meto en tologías; lo que sé es que cada uno en su oficio puede alabar a Dios, y más con la orden que tiene dada Monipodio a todos sus ahijados.
—Sin duda—dijo Rincón—, debe de ser buena y santa, pues hace que los ladrones sirvan a Dios.
—Es tan santa y buena—replicó el mozo, que no sé yo si se podrá mejorar en nuestro arte. El tiene ordenado que de lo que hurtáremos demos alguna cosa o limosna para el aceite de la lámpara de una imagen muy devota que está en esta ciudad, y en verdad que hemos visto grandes cosas por esta buena obra; porque los días pasados dieron tres ansias a un cuatrero que había murciado dos roznos, y con estar flaco y cuartanario, así lo sufrió sin cantar como si fueran nada; y esto atribuímos los del arte a su buena devoción, porque sus fuerzas no eran bastantes para sufrir