Página:Noli me tángere (José Rizal).pdf/68

Esta página no ha sido corregida
66
JOSÉ RIZAL

-¡Allf, detrás de esa cruz grande, señor!-continuo el criado señalando hacia un rincón cuando hubieron franqueado la puerta.

El joven iba tan preocupado, que no notó el movimiento de asombro de algunas personas al reconocerle, las cuales suspendieron el rezo y le siguieron con la vista llenas de curiosidad.

Detú vose al llegar al otro lado de la cruz grande y miró á todas partes. Su acompañante se quedó confuso y cortado. En ninguna parte se veía la cruz que él había colocado.

Dirigiéronse al sepulturero, que les obser vaba con curiosidad. Este les saludó quitándose el salakot.

—Puedes decirnos cuál es la fosa que tenía una cruz?-preguntó el criado.

El interpelado miró hacia el sitio que le seññalaban y reflexionó.

Una cruz grande?

—Ší, grande-afirmó con alegría el viejo, cuya fisonomía se animó.

—Una cruz con labores y atada con bejucos?

—volvió á preguntar el sepulturero.

—Eso es, eso es, así!-Y el criado trazó en la tierra un dibujo en forma de cruz bizantina.

—Y en la tumba había flores sembradas? Adelfa, sampagas y pensamientos!-añadió el criado lleno de alegría.

—Dinos cuál es la fosa y dónde está la cruz.

El sepulturero se rascó la oreja y contestó bostezando: -Pues la cruz... jla he quemado! ¡Quemado! Y ¿por qué la has quemado?

—Porque así lo mandó el cura grande.

—¿Quién es el oura grande?-preguntó Ibarra, -¿Quién? El que pega, el padre Garrote.