Página:Noli me tángere (José Rizal).pdf/172

Esta página no ha sido corregida
170
JOSÉ RIZAL

—Y si yo mismo denuncio la conspiración? Imposible!-exclamó Elfas mirándole y retrocediendo;-pasaríais por traidor y cobarde á los ojos de los conspiradores y por pusilánime á los ojos de los otros; se diría que les tendisteis un lazo para hacer méritos...

—¿Qué debo hacer entonces?

—Ya os lo dije: destruir cuantos papeles tengáis que se relacionen con vuestra persona, huir y esperar los acontecimientos... Yo procuraré indagar vuestro paradero y continuar siéndoos útil.

Elfas desapareció.

Y el joven, aturdido, atontado por la terrible noticia, abría y cerraba cajones, recogía papeles y rasgaba cartas. Obedecía maquinalmente la orden de Elías, sin saber toda vía lo que iba á hacer ni qué partido tomar. Querfan pe separarle para siempre de María Clara! El padre Dámaso se proponía hacer con el hijo lo que ya había hecho con el padre. Lo encerrarían en un calabozo, lo matarían de tristeza y luego arrojarían su cadáver por una sima, Ahora sentía no haberse vengado ya de aquel hombre, no haberle dado muerte como á una bestia dañina. Al fin su suerte iba á ser bien desgraciada, y los culpables quedarían sin castigo. Sintió que en aquellos momentos se hundía para siempre, en el fondo de su alma, la escasa fe que aun tenía. Y sus dolores, las persecuciones de que le hacían objeto sin motivo justificado, le hicieron pensar en la triste condición de sus paisanos, tiranizados por aquellos hombres crueles y lascivos que se titulaban representantes de una amorosa religión de paz. Y aunque le indignaba la burda comedia in ventada para perderle, comprendía que algún día concluiría por conspirar de veras para vengarse de lo que le estaban haciendo sufrir, rle! Querían